Sí, los juegos de rol además de darnos un montón de diversión sin pedirnos más que un poco de nuestro tiempo, también nos pueden aportar otras cosas, entre ellas, mejorar capacidades matemáticas al realizar operaciones rápidas constantemente con cada tirada, mejorar nuestro vocabulario, mejorar nuestra comprensión lectora, nuestra capacidad narrativa, imaginación... ¿De verdad? Sí.
La mayor ventaja que produce jugar a juegos de rol es aumentar consideráblemente las capacidades imaginativas del grupo; el director de juego debe estar haciendo un esfuerzo imaginativo constante tanto para imaginarse lo suficientemente bien las escenas como para narrarlas de forma clara, como inventar nuevos giros y tramas que sorprendan a sus jugadores. Mientras tanto los jugadores, deben reimaginar las palabras que escuchan de su director para imaginar la situación que les está siendo narrada y así poder actuar en consecuencia.
Relacionado con lo anterior, los juegos de rol también sirven para mejorar nuestras capacidades narrativas y descriptivas, ya que desde luego, el master necesitará desarrollar mucho estas facetas si quiere que sus jugadores comprendan las situaciones que él planta, y cuando el master narra con maestría, los jugadores, inconscientemente, tratan de seguirle en la calidad narrativa y ellos también tratan de hablar literariamente.
Otra faceta que se desarrolla jugando a juegos de rol es el trabajo en equipo, esto se debe a que cada jugador es miembro de un equipo y por tanto debes colaborar con ellos, tanto fuera del juego para tomar decisiones como a qué juego jugar, qué cenar... Como dentro del juego tomando decisioens que afecten a tu personaje. Muchas veces como jugador debes afrontar decisiones que no convienen a tu personaje para conseguir otras que sí. Además, yo por ejemplo controlo un personaje frágil pero letal, y debo confiar en mis compañeros para que me cubran las espaldas.
Otro añadido que tiene como ventaja el jugar al rol es la potenciación de las capacidades sociales del jugador, ya que debes hablar casi constantemente, y si tu master es bueno, deberás hacerlo con diversos personajes que tienen personalidades muy diferentes. Por muy cortado que sea el jugador, ser verá obligado a hablar e interactuar con el resto de jugadores y personajes, y lo hará con ganas porque si juegas rol es porque te gusta.
Por último, esta actividad está totalmente vinculada a las capacidades empáticas del jugador. Si el grupo de juego es bueno y todos quieren, en una partida de rol uno se puede llegar a meter en su personaje, llegar a llorar sus desgracias y celebrar sus victorias, al igual que uno sufre cuando en un libro, el protagonista entra en la sala que como lector sabes que será su final.
A mi por ejemplo me ocurrió algo en que incluso lloré desconsoladamente. Yo llevaba a un elfo explorador, que tras un contacto de meses con una compañera suya, terminó enamorado. Algún tiempo después, ella quedó embarazada, y mi elfo, llamado Uridim, no cabía en si de gozo.
Tiempo después, la embarazada se enteró de una criatura que en el futuro terminaría exterminando al grupo de jugadores, y a Uridim también. Un ser superior le ofreció una alternativa: Sacrificar a su hijo no nato para restar ese tiempo de vida a los de la criatura que los asesinaría. Ella aceptó.
En ese momento, yo estaba fuera de la sala para que la narración fuera más privada, y cuando entré y mi personaje se percató de todo, yo incluso lloré al pensar en el pesar que tendría que sentir mi personaje. Lloraba de tristeza, pero al mismo tiempo me lo pasaba pipa porque sabía que estos sentimientos, aunque me afectaran, no eran "reales" y no me influenciaban realmente.
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